SANTIAGO DE CHILE

El día 21 de noviembre, el baterista argentino Alberto Mazza  presentará su libro “Música Argentina desde la Improvisación” y al mismo tiempo dirigirá una Master Class en el Teatro de la Escuela. Alberto es un músico que ha implementado la técnica académica y la ha traspasado al folclor, dando a luz a composiciones realmente asombrosas.
A raíz de lo anterior, quisimos conversar con él y hacerle unas preguntas que responde en una entrevista en la que podemos ver claramente su pasión y la intensidad con la que vive su música. Un verdadero placer.

¿CÓMO LOGRASTE RELACIONAR LA MÚSICA ARGENTINA CON EL JAZZ Y LOS RITMOS AFROCUBANOS?

La verdad, es que siempre me gustaron los tres géneros, pero bueno, el folklore argentino lo llevo desde toda mi vida gracias a mi padre, desde muy chico él me enseñó a tocar la guitarra y a cantar folklore, tocaba junto con él y mi hermano. Cuando comencé a estudiar la batería conocí el jazz y la música afrocubana, el desarrollo armónico y rítmico de estos géneros me atraparon por completo. Luego de un largo tiempo de estudio sentí la necesidad de llevar a mi folklore todos estos recursos que en algún lugar sabía que era completamente posible. Por otro lado, uno de los músicos que me marcó fuertemente para que esto sucediera fue Gustavo Leguizamón, “El Cuchi”, él logro abrir un nuevo folklore con influencias de grandes maestros del jazz, por lo que me hizo sentir que la batería podía desarrollarse con otros formatos no tan tradicionales.

¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE TÉCNICAS DE PERCUSIÓN EN LA INTERPRETACIÓN Y EN LA IMPROVISACIÓN?

Creo que es muy importante el estudio, ya que trabajar sobre desarrollos claros y ordenados, nos da la plataforma en la que nos vamos a mover, es muy importante trabajar una cantidad de recursos que puedas hacer funcionar con facilidad, por más complejos que sean, porque eso es lo que va a hacer que puedas reaccionar inmediatamente ante la música. Es crucial entender que el instrumento nos da la posibilidad de dialogar, por lo que trabajar también con esa visión es clave.

¿CÓMO EXPLICARÍAS LA IMPORTANCIA DE LA BATERÍA EN EL FOLKLORE Y CÓMO LA TÉCNICA DEL JAZZ PUEDE LLEGAR A RELACIONARSE CON ESTO?

Desde mi punto de vista, la batería en el folklore da posibilidades enormes de abrir sonora y divisionalmente el género. Al tocar con otros músicos, noto que el espectro que se abre es muy diferente a que si no estuviera, la gran relación que esto tiene con el jazz es el diálogo entre los instrumentos, siempre y cuando tomemos al folklore desde la improvisación. No se puede improvisar si no existe el diálogo, en el jazz la batería también cumple una función melódica, no sólo de acompañamiento, así también la veo en el folklore.

¿DE QUÉ MANERA ACONSEJAS “BAJAR” O “ADAPTAR” LOS CONCEPTOS TÉCNICOS Y FORMALES DE LA FORMACIÓN DE UN BATERISTA A LA CREACIÓN E INTERPRETACIÓN? Y APLICAR ESTO PRINCIPALMENTE AL FOLKLORE?

Es muy importante que todo lo que aprendamos formalmente no se quede en ejercicios mecánicos y fríos, sino que todo pase por un sentimiento, una emoción, querer transmitir algo. Escuchar mucha música, y a los grandes referentes del instrumento, hace que todo lo que trabajemos lo relacionemos inmediatamente con la música, una vez que logramos entender a fondo esta relación creo que podemos comenzar a mover nuestras propias ideas y creaciones. Si queremos hacerlo en el folklore, es muy importante conocer el género en su forma tradicional, para saber qué piezas mover sin que pierda su identidad.

¿CUÁLES SON LAS MEJORES EXPERIENCIAS QUE HAS TENIDO EN TU CARRERA ARTÍSTICA? ¿POR QUÉ?

Hay dos experiencias que me marcaron fuertemente como músico. Cuando toqué por primera vez con Quique Sinesi, entendí cómo procesar todo lo que hacía mucho tiempo estaba trabajando, sentí toda la libertad que podía tener dentro del género, Quique es un gran compositor y tiene un nivel de improvisación muy alto.
La segunda fue junto a Sono Trío, David Tello (Guitarra) Tomás Fares (Piano), desde el primer día que comencé a tocar con ellos, pasó algo más allá de la propia música. Lo que me marcó fue el nivel de entendimiento que hubo solamente en el primer ensayo, y lo increíble es que a Tomás lo conocí ese mismo día, es una experiencia muy grande sentir la conexión que se puede lograr con otros músicos. Con ambas formaciones hacemos folklore, y lo apasionante es que puedo tocar todo lo que tiempo atrás pensaba y desarrollaba para la batería, esto te da una felicidad muy grande.

¿DE QUÉ MANERA UN MÚSICO CON ESTUDIOS FORMALES PUEDE SENTIRSE LIBRE A LA HORA DE CREAR, CÓMO PUEDE PERDER EL MIEDO O “DESLIGARSE” DE LAS FORMALIDADES?

En algún momento de la carrera de un músico es fundamental adquirir convicciones, creer profundamente en uno mismo, eso hace que no haya miedo y puedas desprenderte de muchas cosas. Hay que entender que el estudio formal es una gran herramienta, pero se puede volver una atadura si lo que tocamos no lo hacemos propio, si no le damos nuestra propia identidad.
Sentir un profundo compromiso con tus ideas creo que es lo que hace que no dudes y no tengas miedo en querer cambiar ciertas formas más tradicionales.
Trabajar duro con el instrumento e investigar seriamente, son bases muy importantes para no tener dudas y saber dónde estás parado a la hora de tu propia puesta. Daniel Comparini.